Nº8 - Sereno dolor

Vi tu dulce música,
escuché tu suave mirada,
palpé tu voz y el deseo,
de tu faz enamorada.
Caminabas sobre el azul del cielo,
respirabas luces y destellos,
aprendías del murmullo,
de las aguas de tu silencio.
Fue grácil tu danzar,
de tu nado me prodigo,
delicado tu cantar,
el recuerdo mi escondrijo.
Adiviné tu estampa…
entre las olas del mar,
limpié mi alma con espuma blanca,
para poderte olvidar.
Sin ti no volverá…
ni el sonido ni la luz.
No sé si resistiré…
el peso de esta cruz.




Mensaje: Es labor difícil desprenderse de una profunda herida de muerte, pero no imposible. Acepta los designios. Encuentra tu verdadera estampa y no temas mostrarla. Date cuenta que desea salir. Pregúntate porqué aún hoy sigues aferrada a esa cruz.