Nº 36 – Recuerdos

Recuerdo el jardín de tu abrazo,
tu caminar…
despacio.
Recuerdo tu desvencijada memoria,
tu mirada…
perentoria.
Recuerdo tu siniestra melancolía,
tu imperfecta alegría.
Recuerdo…
Recuerdo
la agria miel de tus ojos,
el vacío…
de tus elogios.
Recuerdo
tu huella serena y firme,
tu rechazo
antes de irme.
Recuerdo
tus labios fríos,
inertes,
los que no consienten decirme…
Adiós…
Lo recuerdo…




Mensaje: Él/ella, aquel/aquella que fuiste, se despide. Ha llegado el momento de dejarla con su pena, debe morir y lo hará en cuanto dejes de darle alimento. Seguirá insistiendo, te continuará mirando, probando tu entereza. Buscando que sucumbas a su pena. Pero ahora tienes el conocimiento, la conciencia y las herramientas. También el sentimiento de compasión. Dale tiempo y date tiempo. El tiempo hablará por ti. Respira profundamente y camina. No dejes de caminar, no sientas que la abandonas, todo lo contrario, le estás enseñando que te puedes superar. Lo contrario de pena es alegría, ¿con quien te quedas?